Por favor, sin arroceros.

Había que celebrar, había que “tomarse los meados” del hijo de Arévalo, y solo a mi, el mas guevon, se me ocurre poner mi apartamento a la disposición solo por fanfarronear que tengo una vista arrechisima. Era el día de la bebedera aguardientistica, el domino y kilos de manises. Mi única preocupación, el apartamento, y por eso fui claro con Mr Arévalo: “marico nada de arroceros, yo se que es jodio pero no quiero maricos desconocidos, no vaya a ser que me paleen la vajilla que mi mama me presto pa la cena con la china”- ¿coño esa peluquera si estaba buena? Dígalo! –Aun así, esta paja loca de hablar claro con mi amigo no aseguraba nada.

Las 11:50 todo bajo control, Arévalo me recordaba la época universitaria de las come mierdas mas come mierdas de todas. A cada pajuo que le hablaba le decía que iba a ser el padrino de su carajito, y yo gozando la bola con unos tequeñones de mozarela rico rico, hasta que el timbre sonó , la luz del pasillo del edificio se atenuó, coño e la madre digo pa dento de mi, abro la puerta y la gran verga, era el hermano de Arévalo con un gordo cebilluo, coño e la pepa pedazo e plasta e mierda, de bolas con razón la luz bajó, el sucio gordo eclipsaba el pasillo del edificio. Lo que tanto se evito llego, un arrocero que valía por 300 mas Leonidas.

El gordo saludo, jugo domino y gano, el gordo no abuso a la hora de agarrar pasapalos, el gordo contó chistes, ¡coño mano! que carajo tan depinga es el gordo, y lo mejor de todo es que es el gordo menos sudoroso que he visto.

Los últimos tragos de Ronaldihno que quedaban eran a tapita y bajo gritos y fanfarrias: ¡el goldo, el goldo, el goldo! Se empino sendas tapas, sorprendio con su resistencia y aguante. Entre la jodedera, el alma de la fiesta me pide el baño, le doy una palmada en la espalda acompañada de la dirección que este requeria y no estuvo de mas la frase de hermandad: “tranquilo chico estas en tu casa”

4:00 am dando los últimos aleteos de despedida y respirando los recuerdos de mi colonia deskaro, me veo ahí, yo solo en mi apartamento y con unas ganas de mear bandera, abro la puerta del baño, subo la tapa de la poceta y sorpresa!: “¿Que vaina es esta? ¿que coño e la madre es eso? ¡No puede ser!” El gordo perfecto había dejado la cagada mas impresionante del mundo, ¡coño e su madre!. Bajo la poceta y me percato de la verdadera obra de arte, algo increíble e intolerable, la cagada es natural pero no aguanto que hayas dejado un bikini de talco, Gordo COÑO E TU MADRE!!!!!!

Sople y resople,
pa no utilizar papel tuale,
Tanto me esforcé, que dormido me quede, y lo peor es que con soplidos el talco no quite