Qué jodidos estos tiempos modernos, hay que hacer lo que sea para ganarse unos churupos. El pan es del trabajador, o del panadero.
La otra condición que jode a los tiempos modernos es la inseguridad. Por eso, todas las noches al rezar elevo una oración, para que Diosito proteja a mis madres y a sus colegas. Así como lo leen. Tengo varias madres, no solo una.
Soy muy afortunado. En mi infancia recibí mas cariño que cualquier otro niño, y mamé mas teta que cualquier otro pequeño hambriento.
Todo comenzó cuando me dejaron abandonado en una cesta con un pote de Nestum y 2 pañales de trapo, uno medio cagao. Mamá Ámbar cuenta que algo en su cabeza le dijo que se asomara por la ventana. Cuando lo hizo, ahí estaba yo en mi cesta, sonriendo con mi pulserita de azabache pal mal de ojo. Mamá Penélope dice que la cosa no fue así. Ella cuenta que entró al baño de damas a vomitar unas lentejas con patica e cochino que se había metido de merienda y ahí estaba yo en mi cesta. Que no habían ningunos pañales, solo una mantita de Súper Ratón toda desteñida.
Por ahí dicen y que tengo un hermano gemelo, y que varias veces han visto a un chamo igualitico a mi. ¡Yo no lo he visto!
En fin, sea cual sea mi pasado, soy un huérfano con muchas madres, y todas me consienten. Me traen chucherías y algunas hasta me regalan cigarros. Esta es mi familia, este es mi hogar, aquí celebré mis cumpleaños, aquí partí mis piñatas entre tubos y barras. ¡Qué buenos recuerdos! mis mamás alegraban demasiado las fiestas, como todas bailan muy bien en los tubos… ¡qué jodedera vale!
Les cuento que ya estoy trabajando. Como dice Wilmer el seguridad, ya soy un hombrecito y tengo que empezar a producir plata. Mientras mis mamás bailan y los señores les meten dinero en las pantaletas, yo me encargo de vender chicles, caramelos, chucherías y cigarros en la entrada de los baños del local.
Es mi vida y estoy feliz con ella, estoy orgulloso de mis madres y puedo gritar con orgullo:
¡Me criaron unas Lobas nojoda!